Capítulo 06.
Seonghwa estaba en un bar, tomando hasta no poder más, el alcohol era su único amigo cuando tenía que olvidar a Yuna, a su preciosa Yuna, lo único lamentable es que ni tomándose todo el mar podría olvidarla.
Estaba empecinado en hacerle la vida infeliz a Jimin, porque de esa manera, sentía que le haría daño a ella, tal y como ella se lo hizo a él.
"Hace tres años.
—Sabes que te amo demasiado, Yuna —un Seonghwa de 25 años besaba los labios de la pelinegra.
—Yo igual, te amo mucho —su voz salió casi robótica recibiendo aquel beso de forma fría—. Me tengo que ir, mi hermano me espera.
Sin darle oportunidad a contestar, vio como su prometida se iba corriendo y se metía a su casa.
Park Yuna había conocido a Seonghwa un día en una reunión de una de sus compañeras del la universidad. Desde ese momento comenzó el cortejo del mayor hacia la linda chica de ojos pequeños.
La madre de Yuna estaba encantada con todos los regalos que el mayor le daba a su hija y sobre todo los regalos que le daba a ella, claro que Seonghwa había intentado comprar a la familia del menor con regalos costosos, siempre se mostraba como alguien sumamente cariñoso.
¿Entonces cuál era el problema? Que Yuna estaba en una relación con alguien más y gracias a la presión de su madre, ahora estaba comprometida con él, con una persona que no amaba.
—Jimin, ¿tú me quieres? —le preguntó un día antes de su boda.
—Claro que si YunYun —su hermano se acostó en las piernas de la pelinegra.
—¿Aceptarías todas mis ideas locas?
—Claro que si hermanita, ¿por qué?
—Jimin —acarició su cabello—. Minnie... yo no me pienso casar con Seonghwa.
—Espérate, ¿qué? ¿Cómo que no? ¿Por qué?
—Hermano, tú sabes que no amo a Seonghwa y es mi culpa que todo se haya extendido hasta aquí, pero yo no lo amo y no me voy a casar con él.
—P-Pero... él te ama, lo vas a dañar.
—Lo sé, pero primero está mi felicidad Minnie —le sonrió suavemente—. Mañana, me iré con Jeongin, nos vamos a escapar y estaremos juntos, sé que mamá no querrá verme nunca más, pero necesito que tú seas fuerte.
Jimin abrazó a su melliza, pensando en el desastre que ocurriría al día siguiente, en como Seonghwa se sentiría, porque todo ese tiempo al ver que el prometido de su hermana era tan caballeroso, amable y dulce, era como el tipo ideal.
Que equivocado estaba.
Las horas pasaron y pasaron hasta que amaneció, su hermana estaba nerviosa por lo que haría, toda la noche habían hablado de lo que harían y de cómo lograrían que ella pudiese escapar.
El plan era sencillo, Jimin era quien entregaría a su hermana al altar, así que mientras ella caminara hacia el altar, se iría, huiría en un taxi que ya habían contratado. Yuna se veía preciosa con el vestido de encaje, el peinado y el maquillaje le quedaba perfecto, pero lo usaría para casarse con quien realmente amaba.
Para cuando los murmullos se hicieron más fuerte al ver a la novia correr, Seonghwa gritó con desesperación e intentó buscarla, pero fue en vano. Jimin intentó ser un apoyo para él, lastimosamente él jamás apreció eso.
—Seonghwa... por favor, ya has bebido mucho, vámonos, por favor.
—Ella me dejó, ¡me dejó! —gritó entre lágrimas.
—Tranquilo —lo abrazó.
Siempre dicen que el primer amor es el peor, Jimin no lo supo en ese instante, había visto que tierno y dulce era aquel hombre, así que jamás imaginó que esa linda persona en el fondo era un monstruo.
Se casaron por civil, tres meses después y aunque no fue la boda soñada, ese día inició su calvario y él se volvió su verdugo, porque Yuna siempre le repetía que su hermano era lo que más quería en el mundo, así que, si lo hacía sufrir, haría sufrir a aquella mal agradecida."
✧✦✧
Namjoon se encontraba con Jimin en el auto del mayor, rumbo a Incheon, el rubio tenía un juicio que iba a ser concluido en ese mismo día y como Seokjin no había ido a trabajar a la empresa, prácticamente el menor era como su asistente.
—Nunca había salido de Seúl.
—¿Jamás has salido?
—Noup —le sonrió mientras miraba todo por el avión.
—Por cierto, y antes que me digas que no, todo lo voy a pagar yo, ¿entendido?
—No, no puedo permitir esto, no claro que no.
Namjoon fingió dormir e ignorar al menor, para que no dijera nada acerca de los gastos, ni de los pagos, el menor solo negó divertido y se dispuso a dormir, hasta que una mano suavemente comenzó a moverlo de un lado a otro.
Frunció el ceño y abrió los ojos.
—Jimin ya llegamos.
—¿Ya? —hizo un puchero.
—Si, ya llegamos pequeño —bajó del auto y lo hizo bajar también, miró el hotel donde se quedarían hasta el día siguiente.
—Pensé que jamás llegarías, Kim.
—¿Jungkook? ¿Qué haces aquí? —el mayor sonrió abrazando brevemente al pelinegro.
—Bueno, Jin me comentó que ibas a venir y me pidió que te acompañara, por si intentabas suicidarte.
—No, no, no, nuestra relación está pasando un pequeño problema, pero solo eso.
—Bien. ¿Ya iras al juicio?
—Si y agradezco que estes aquí, porque quiero que lleves a Jimin a conocer Incheon, mientras voy al juicio.
—Encantado, ahora largo.
Bromeó Jungkook pasando uno de sus brazos por los hombros del menor, quien se sintió un poco fuera del lugar, la verdad era que quería pasar su tiempo con Namjoon, pero con la presencia del otro abogado, lo vio casi imposible, por lo que prefirió no decir nada.
—Entonces, ¿quieres ir a comer algo?
—Vamos por un helado.
—Conozco una heladería hermosa frente a la playa, vamos —le sonrió y Jimin le correspondió, porque aquella sonrisa, fue bastante tranquilizadora.
Ambos fueron caminando tranquilamente, Jimin por un lado estaba mirando todo con mucha curiosidad, parecía un pequeño niño y eso a Jungkook le pareció algo demasiado tierno, por su parte, él estaba tomando fotografías de cosas que le parecía interesantes.
Claro que en algunas de esas fotos aparecía el menor, por pura "casualidad".
—Llegamos —le sonrió haciéndole entrar primero.
—Wow, no creo que pueda pagar un solo helado de aquí, mejor comemos uno de la calle.
—Por favor, yo voy a pagar todo.
—Todos quieren pagar lo que yo voy a gastar, no es justo, parezco un aprovechado que no tiene ni una sola moneda —pensó—. Osea, no tengo ni una sola moneda, pero no soy un aprovechado.
—Obedece Jimin, lo pago con mucho gusto, quiero pasar tiempo contigo.
—¿Qué?
—Mmm —se puso nervioso—. Me refiero a que mientras Namjoon está trabajando, haré que te distraigas un poco.
—Oh, entiendo —le sonríe con suavidad—. Entonces, ¿puedo pedir un mega banana Split?
—Si quieres pido toda la heladería.
El pelinegro se rió ante la ocurrencia del mayor y juntó sus manitos dando pequeños aplausos, tal y como un pequeño niño de 5 años. Jungkook quería ver esa sonrisa siempre, no quería que esa sonrisa se desvaneciera, nunca.
Pidieron un mega banana Split con un helado de 3 bolas de menta.
—Tú no viniste solo por Seokjin, ¿no es así?
—No, de hecho, quería comprar un departamento aquí, por eso le pedí a Hoseok que mandara una lista de todos los departamentos disponibles.
—¿Ese departamento es para ti solo?
—No, también es para mi familia.
—Tan lindo y casado, era obvio —pensó Jimin haciendo una mueca sin querer—. Que bien, que pienses en tu familia, claro.
—No es por ser chismoso, pero mientras caminábamos, vi que estaban construyendo un pent hou-
—Disculpa por interrumpirte, pero yo necesito un departamento que ya esté construido.
Hizo una pequeña mueca de disgusto, no quería arruinar aquella salida, pero lo que decía era cierto.
—Pero espera —puso su dedo índice en los labios contrarios—. Estoy seguro de que ese departamento va a ser el indicado para alguien como tú.
—¿Para alguien como yo? ¿Y cómo soy yo? —levantó una ceja.
—E-Eres alguien a quien al parecer le gusta la naturaleza, especial, elegante y te gusta el azul —señaló su camisa azul haciendo reír, al contrario.
Ambos ojos se conectaron por unos segundos, viéndose fijamente, sonriendo bobamente como si se conocieran de años.
Jimin empezó a sentir pequeñas mariposas en su estómago y es que a pesar de haber visto a Jungkook en la empresa, nunca se había detenido a detallarlo tan minuciosamente como en ese momento, su cabello amarrado en una media coleta, su sonrisa encantadora, su mirada dulce y penetrante.
Definitivamente Jeon Jungkook era un hombre muy guapo.
Cuando el pedido de ambos llegó a su mesa, empezaron a comer, Jimin se distrajo mientras miraba algunas fotos en el celular de Jungkook.
—¡Tienes fotos demasiado preciosas! ¿Nunca pensaste en ser fotógrafo?
—En mi juventud lo pensé, claro que este es solo uno de mis pasatiempos.
—¿Tienes otro?
—Amo pintar.
—Delante mío tengo a un gran artista, porque estoy seguro de que tus pinturas son tan bonitas como tus fotografías.
—Tienes que juzgarlo por ti mismo, quizá a ti no te gusta.
—Lo dudo mucho —sonrió devolviéndole el celular.
Cuando terminaron de comer sus helados, Jungkook pagó y le invitó a dar una pequeña vuelta por la playa, claro que el pelinegro aceptó y la palabra emocionado le quedaba demasiado chiquita.
La emoción no cabía en su pequeño cuerpo, después de 3 años de infierno, por fin estaba en un bello lugar, sentía libertad, se sentía libre, quería quedarse ahí y no regresar jamás a Seúl.
—La playa es tan hermosa, en serio —Jimin suspiraba de felicidad.
—Definitivamente es hermosa, por eso tomaré tu propuesta y compraré el pent house que me recomendaste.
—¿En serio? —el menor comenzó a dar saltitos viéndolo.
—Si, claro que sí, me convenciste, tú y tu hermosa sonrisa.
—No te vas a arrepentir, te lo juro —lo vio con cierta emoción—. Ya quisiera yo comprar algo así, es que me voy a separar de mi esposo, así que no me quedará ni un poco de dinero —hizo un puchero—. Bueno no creo que sepas mucho de esto.
—Al contrario, te entiendo porque yo estoy divorciado desde hace 5 años, solo que mi ex esposa vive en otro pais, lo único que me duele es haberme separado de mis dos hijos, ellos son lo más importante para mí.
—Entiendo, pero espero que los puedas ver pronto, seguro eres un gran padre —despeinó su cabello.
—Bien pequeño, debemos ir a comer, seguro Namjoon ya salió del juicio.
—Ya, pero antes —le dio sus zapatos—. Agarra esto, por favor.
—¿Por qu-
Se quedó en total silencio y una sonrisa se instaló en su rostro cuando vio al menor correr hasta la playa, gritando y dando vueltas.
Jungkook, quería detener el tiempo, quería ser él quien lo hiciera sonreír cada día de su vida, porque su sonrisa era lo más bonito que había en todo el mundo. Iba a retratar ese bello momento, para tenerlo de recuerdo.
Estaba tan embobado que no se dio cuenta de la otra presencia a su lado.
—Te gusta, ¿no es así?
—Nam —lo vio sorprendido—. Que dices Kim, claro que no.
—Nunca he visto esa sonrisa enamorada en tu rostro.
—¿Soy muy obvio? —suspiró aún sonriente.
—Lo eres —puso una de sus manos en su hombro—. Jimin es alguien muy especial, para mí, para Jin, para Hoseok y hasta para Changbin, solo que ha sufrido demasiado y si tú estás interesado en él, te quiero pedir que no lo lastimes.
—Quiero conquistarlo, poco a poco —dijo tomando un poco de vino—. Y me conoces, eres como mi hermano, yo nunca lo lastimaría.
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